viernes, 3 de junio de 2016

¿Qué es la Terapia de Vidas Pasadas?

¿En qué se basa la TVP?

La TVP se basa en tres premisas básicas:
  • La inclusión en el trabajo terapéutico de las experiencias de vidas pasadas.
  • La relación directa existente entre los síntomas psíquicos de la vida presente y las experiencias traumáticas de vidas anteriores.
  • La capacidad natural del ser humano de recordar sus vidas anteriores.
Muchas de las dificultades y conflictos emocionales de nuestra vida presente tienen su origen en experiencias traumáticas o dolorosas vividas en existencias previas. Estas experiencias no se agotan con la muerte y dejan una secuela emocional que queda grabada en lo más íntimo de nuestro ser y se proyecta hacia las vidas subsiguientes.
En el instante de dejar el cuerpo el alma puede llevarse consigo un pesado lastre constituido por emociones encontradas. El miedo, la culpa, la angustia, el desamparo y otros sentimientos se entremezclan con la ira, el odio, la furia o la sed de venganza.
Estas emociones se instalan en el alma en forma de energía. Estas energías emocionales originan a su vez patrones de conducta, mandatos y creencias, reacciones estereotipadas y una compulsión a la repetición que condiciona nuestro accionar cotidiano.
Frente a las distintas circunstancias que nos toca vivir cada día, reaccionamos sin saberlo impulsados por estas fuerzas provenientes del pasado. Cuanto más insólita y fuera de lugar es una reacción, más probabilidades tiene de tratarse de una emoción originada en un evento de otra vida. Para el alma el tiempo no existe. Todo está allí, al mismo tiempo. En realidad estamos viviendo muchas vidas al mismo tiempo.
Cuando frente a una situación determinada, reaccionamos emocionalmente sin poder evitarlo se debe a que en un nivel inconsciente nuestra alma está reviviendo una experiencia que se reactivó por analogía con la situación presente. Por ejemplo, imaginemos a una persona con claustrofobia. Cada vez que se encuentra en un lugar cerrado experimenta angustia, ahogo y una sensación de muerte inminente. Eso es lo que se objetiva a nivel físico consciente. Pero en otro nivel, su alma puede estar recordando una muerte por asfixia en un derrumbe de una mina. La persona no tiene conciencia de esto pero como su alma está reviviendo esa experiencia entonces experimenta todas las sensaciones físicas y emocionales de la muerte anterior. Cada vez que se enfrenta a la posibilidad de quedar atrapada en un lugar cerrado experimentará las reacciones emocionales de la claustrofobia sin poder evitarlo.

¿Cómo funciona la Terapia de Vidas Pasadas?

La base del accionar terapéutico de la TVP es la revivencia del trauma original y se denomina regresión a la experiencia terapéutica en sí misma. Por medio de la regresión la persona revive el hecho traumático original que está provocando el problema actual.

¿Cómo se llega a revivir el trauma original?

Personalmente yo trabajo con el estado expandido de conciencia. Este estado es totalmente diferente del de la hipnosis. La expansión de la conciencia significa tener conciencia del aquí y ahora al mismo tiempo que se tiene conciencia en otra dimensión. Al encontrarse la persona con su conciencia expandida se produce el encuentro con su alma o, si lo prefieren con su Yo superior. En ese estado, no existe el tiempo. Todas las experiencias están en el alma al mismo tiempo y es el alma quien revisa sus experiencias pasadas y trabaja con ellas hasta desprenderse de las energías emocionales que la perturban.
Estar en un estado expandido de conciencia es estar en contacto con el alma. En ese estado es posible traer a la conciencia habitual la experiencia traumática responsable del problema actual. Al revivir el hecho traumático original la persona siente y experimenta en su cuerpo todas las sensaciones y emociones como si estuviese allí. Si le clavaron una lanza, siente el dolor al entrar la lanza en su carne. Si cayó a un precipicio, experimenta el vértigo de la caída y el impacto al golpear contra el suelo. Si murió en el derrumbe de una mina deberá experimentar el ahogo, la desesperación, el pánico y la asfixia hasta agotar todas esas sensaciones. No basta con recordar. Es la revivencia de los traumas del pasado, con toda su carga de emociones y sensaciones, lo que depura el alma y borra el síntoma. Cuando la energía es liberada, desaparece el síntoma.
Si bien es cierto que la esencia de la TVP es el trabajo con nuestras vidas pasadas, la experiencia terapéutica no se agota aquí. Como regla general los incidentes de vidas pasadas son reactivados por circunstancias traumáticas que ocurren durante la vida fetal, el nacimiento y la primera infancia. Si en una vida pasada una persona murió ahorcada y en su vida actual nació con el cordón umbilical enroscado en su cuello, en el instante de nacer habrá experimentado el mismo ahogo que experimentó en su muerte anterior. Este episodio es lo que reactiva la memoria emocional a nivel inconsciente que más tarde se manifestará como un síntoma físico para el cual no se encuentra solución. En la regresión se deben explorar y trabajar las experiencias de las etapas tempranas de la vida actual que pudieran haber reactivado la memoria emocional del pasado anterior.

¿Qué se puede trabajar con la TVP?

Básicamente todo lo que es motivo de consulta habitual para un psicoterapeuta. Fobias, miedos, angustia, depresión, bloqueos, sentimientos de culpa, fracasos reiterados ya sea a nivel afectivo o material, perturbaciones de la conducta, disturbios sexuales, conflictos vinculares, tendencia suicida y enfermedades psicosomáticas como alergias, broncoespasmos o psoriasis entre otras.

¿Puede trabajarse con psicosis?

Hasta el momento mi experiencia personal al respecto es escasa pero creo que la regresión puede ser de mucha ayuda aquí. Hay personas muy sensibles que tienen contacto con otras dimensiones sin saberlo o sin adiestramiento y pueden verse invadidas tanto por energías intrusas como por imágenes y sensaciones muy fuertes de sus anteriores existencias. La TVP puede ayudar en estos casos a facilitar el trabajo de discriminación al agotar las energías que no pertenecen al presente ni a esta dimensión.
Dr. Jose Luis Cabouli
http://www.vidaspasadas.com.ar/

martes, 31 de mayo de 2016

El reflejo inexistente.

http://lacosechadealmas.blogspot.cl/2016/04/el-reflejo-inexistente

Al borde de la locura, es como queda tu mente si aceptas ciertas creencias, dogmas que una vez procesados y comprendidos por tu mente forman un programa que automatiza de forma inconsciente los procesos para los que fue inoculado en ti. Disociado de ti, ese es el estado en el que conviene que estés, es el modo en el que es más sencillo controlarte y aceptes como tuyas, cosas que no lo son. Uno de los programas más severos fue aquel que programo nuestra mente a aceptar toda la culpa.

La culpa es un medio eficaz por el cual pueden mantenerte inerte, esperanzado e involucionado. Gracias a ese sentimiento de culpa abres la puerta a todo lo que deseen inocular en ti, hasta tal punto, que podrás aceptar incluso la muerte como algo lógico y natural.

El dolor y el sufrimiento como forma pasional desde la cual iniciar la prospección espiritual, es la peor de las falacias que alegremente se aceptan y se asumen como un camino desde el cual ser ascendido. Vine, sufrí y ascendí, es la incoherente forma en el que se nos dio la posibilidad de lograr esa pasión cristiana en el que el martirio de la carne es el medio en el cual quedar santificado. Hasta tal punto se cree en esto, que se llega a considerar un éxtasis llagar tu cuerpo y sangrar por doquier, fustigarse y colocarse cilicios. Esto prueba que si controlas la mente del individuo, este podrá someter a su propia esencia hasta lograr expulsarla de sí mismo a través de ese trauma lacerante, con lo cual es lógico pensar que deja gran parte del habitáculo libre para ser habitado…

Estos podrían ser considerados casos extremos, pero el común de la masa lleva asumida la culpa y el sufrimiento como algo innato a su Ser, lo que propicia un condicionamiento desde el cual, queda la veda abierta para inocular cualquier programa por absurdo y estúpido que parezca. Desde hace unas décadas se inoculo la creencia de que tenemos ocultas formas condicionadas que inconscientemente proyectamos al exterior, y que cuando estas proyecciones quedan reflejadas en otras personas, nos enfrentamos violentamente a ellas en lugar de reconocerlos como propios, para poder abrazarlos, sanarlos y perdonarlos. Es el distorsionado argumento del ego, el cual sirve de comodín para culparlo de todo, y culpando al tu ego te culpan a ti, ya que tu ego forma parte de tu propia individualidad. Tu enemigo no es tu ego, sino aquellos que tratan de seguir ordeñando la vaca de la culpa.

Deja de buscar partes inexistentes de ti en otros, el mal existe tiene rostro.

Esto es más peligroso de lo que parece, y esto ha causado innumerables daños en el Ser, de entrada nos disocia y nos aleja aún mas de nuestro propio Ser, buscamos fuera en otras personas reflejos no reconocidos y no sanados, lo que implica una búsqueda absurda y desnortada, de algo que no vas a encontrar jamás, ya que de lo contrario supondría un desconocimiento de ti mismo atroz, con lo cual acabas aplicando la duda. Dudas de ti mismo, dudas de los demás al verles como algo tuyo disociado de ti, dudas de las intenciones ajenas, ya que no sabes si son tuyas o de quien, dudas de tus intenciones, ya que no sabes si nace de ti o de una parte no reconocida y oculta en esa sombra introspectiva. Al final tu individualidad, tu Ser, esta tan disociado de ti y queda tan traumado y fragmentado que acabas luchando contra ti mismo y el final de esa guerra, solo vencen esos que predican cosas que no practican. Toda mente que no está integrada y opera en armonía con su propia esencia, es digna de ser manipulada y controlada, reintegrar tu personalidad, tu individualidad, tu Ser en ti, es obligado para tu propio progreso, para tu propia orientación, de lo contrario iras dando bandazos buscando a alguien que te haga creer, y por lo tanto te haga ser más y más ignorante de ti mismo.

Ten por seguro que todos los que predican estos absurdos argumentos, esos que te piden que les creas y te hablan desde una autoridad y una sabiduría solo aparente, no son precisamente un modelo a seguir y son los menos indicados para ver la paja en el ojo ajeno.

Al aceptar una sombra que no existe y ver fuera, reflejos de ti que tampoco lo son, acabas regalando tu mente y rechazando tu esencia, apagas tu intuición y con ella la comunicación con tu propio Ser. Mente disociada, fragmentada y a la deriva, de este modo ofreces el timón de tu vida, tus pensamientos, tu voluntad, prácticamente regalada.

Tras esto, no podrás reconocer ni el bien, ni el mal, y lo más probable, es que pienses que el mal que te azota y te trauma es algo que no has logrado aún reconocer, es una sombra oculta, y no te faltara razón, es una sombra oculta, pero no tu sombra, sino la de aquellos a los cuales les abriste de par en par tu mente y tu cuerpo. El mal campara a sus anchas dentro y fuera de ti, el caos y el desastre llegara en tromba a tu vida, seguirás culpándote a ti mismo pensado que todo forma parte de tu reflejo, trataras inútilmente cambiar, y el cambio no solo no llega, sino que todo empeora. Estas ciego e incapacitado para reconocer a aquellos que te martirizan, te manipulan y te azotan.

El reflejo forma parte de un método usado en los proyectos de control mental, en el cual al sujeto se le traumaba de innumerables formas y se le encerraba en una habitación llena de espejos, así una y otra vez, con lo cual el sujeto sometido acababa culpándose así mismo, viendo su propio reflejo en aquellos que le causaban el trauma. Exactamente igual funciona esta programación, se nos inculca que el mal puro, forma parte de nosotros, que somos nosotros el mal en esencia, y que forma parte de algo oculto en nuestro inconsciente (sombra) que proyectamos fuera y reflejamos en los demás, por lo tanto, no son los demás los que nos hacen el mal, sino nosotros mismos.

Siempre el mismo patrón en todas las distintas formas de creer que existen, el pecado y la culpa siempre son nuestras, no hay que ser muy listo para ver algo más que una intención en todo esto. No solo es una eficaz forma de control el cual ha conseguido someternos durante milenios, sino que es una forma igual de eficaz para cosechar y desempoderar*. Al final queda una masa de seres inertes a merced de la voluntad de cualquiera, que le diga cómo vivir, que hacer, en que creer y como no, cuando morir. Este método es propicio para derramar hasta la última gota de tu sangre, por una religión, por una nación, por una ideología, o lo que es más ridículo, por tu equipo de fútbol.

Mientras aceptemos como propias, causas y efectos que no nos pertenecen estaremos dando permiso para que la corrupción y la iniquidad quede impune, ya que estaremos aceptando que todo el mal es culpa nuestra y que la mejor penitencia es sufrir hasta enfermar y morir. Es imperantemente necesario quitarnos este lastre, dejarnos de seguir echándonos las culpas a nosotros y dejar que nuestro dedo señale aquellos que hacen el Mal. Hasta que no haya justicia no nos podremos perdonar nuestra propia pasividad, nuestra propia inacción, no podremos ver nuestro condicionamiento, todo aquello que nos limita.

No tenemos sombra, no proyectamos reflejo alguno, nuestro inconsciente no opera en nuestra contra, nuestro ego no es nuestro enemigo, no somos malos en esencia, no somos la causa ni el efecto de ningún mal, por lo tanto, aquellos que predican toda esta basura, solo son víctimas de control mental, se vendieron barato, o forman parte del grupo de entes sin esencia que nos quieren pastorear.

Nosotros no somos el reflejo de vosotros, nosotros somos luz, vosotros solo una sombra, de una mala imitación.




viernes, 29 de abril de 2016


LA CONSIDERACIÓN.-
Después de haber estudiado la identificación en general, hay que prestar atención a uno de sus aspectos particulares: la identificación con las personas que toma la forma de la “consideración”. Hay varias clases de consideración. En la mayoría de los casos un hombre se identifica con lo que piensan los demás de él, con la forma en que lo tratan, con la actitud que tienen hacia él. Un hombre piensa siempre que los demás no lo aprecian lo suficiente, que no son suficientemente corteses o atentos. Todo esto lo atormenta, lo preocupa, lo vuelve receloso y hace que desperdicie una cantidad enorme de energía en conjeturas o en suposiciones; de esta manera desarrolla en él una actitud desconfiada y hostil respecto a los demás...
Cómo lo han mirado, lo que se piensa de él, lo que se dice de él, todo esto toma una importancia enorme a sus ojos. Y no solo “considera” a las personas sino también a la sociedad y a las condiciones históricas. Todo lo que a tal hombre le desagrada le parece injusto, ilegítimo, falso e ilógico. Siempre el punto de partida de su juicio es que las cosas pueden y deben ser cambiadas. La “injusticia” es una de las palabras que sirven a menudo de máscara para la “consideración”. Cuando un hombre se convence de que lo que lo subleva es una «injusticia», el dejar de considerar equivaldría para él a «reconciliarse con la injusticia». Hay personas capaces no sólo de «considerar» la injusticia o el poco caso que se les hace, sino de «considerar» aun el estado del tiempo. Esto parece ridículo, pero es un hecho: la gente es capaz de considerar el clima, el calor, el frío, la nieve, la lluvia; pueden enojarse e indignarse contra el mal tiempo...
El hombre toma todo de una manera personal, como si todo en el mundo hubiese sido dispuesto especialmente para complacerlo o por el contrario para causarle desagrado y fastidio. Todo esto no es sino una forma de «identificación» y se podrían citar muchas otras formas...
Este tipo de consideración se basa enteramente en las «exigencias». El hombre en su fuero interno «exige» que todo el mundo lo tome por alguien notable, a quien cada cual debería constantemente mostrar respeto, estima y admiración por su inteligencia, su belleza, su habilidad, su sentido del humor, su presencia de ánimo, su originalidad y todas sus otras cualidades...
Esta «exigencias» se basan a su vez en la noción completamente fantástica que la gente tiene de sí misma, lo que sucede muy a menudo aun con personas de apariencia muy modesta. En cuanto a los escritores, actores, músicos, artistas y políticos, son casi sin excepción unos enfermos...
¿Y de qué sufren? Ante todo de una extraordinaria opinión de sí mismos, luego de exigencias y finalmente de «consideración», es decir de una predisposición para ofenderse por la menor falta de comprensión o de apreciación...
Hay todavía otra forma de «consideración» que puede quitarle al hombre una gran parte de su energía. Tiene como punto de partida la actitud que consiste en creer que no considera lo suficiente a otra persona y que ésta se ofenda por esto. Comienza a decirse que quizá él no piensa lo suficiente en esta otra persona, que no le presta suficiente atención y que no le da un lugar suficientemente grande...
Todo esto no es sino debilidad. Los hombres se tienen miedo unos a otros. Y esto puede llegar muy lejos. He visto estos casos muy a menudo. Un hombre puede llegar de esta manera a perder el equilibrio, si alguna vez lo tuvo, y conducirse de manera completamente insensata. Se molesta contra sí mismo, y siente cuan estúpido es, pero no se puede detener, porque en este caso, de lo que se trata es precisamente de «no considerar». "Otro ejemplo, quizá peor aún, es el del hombre que considera que según él «debería» hacer algo, mientras en realidad no tiene absolutamente nada que hacer. «Deber» y «no deber» es un problema difícil: es difícil comprender cuándo un hombre realmente «debe» y cuándo «no debe». Esta cuestión no se puede abordar sino desde el punto de vista de la «meta»...
Cuando un hombre tiene una meta, debe hacer exclusivamente lo que le permita acercarse, y nada que pueda alejarlo de ella. "Como ya lo he dicho, las personas se imaginan a menudo que si comienzan a combatir la «consideración» en sí mismas, perderían su sinceridad y tienen miedo porque piensan que en este caso perderán algo, una parte de sí mismas. Aquí se produce el mismo fenómeno que en las tentativas de lucha contra la expresión de las emocioines desagradables...
La única diferencia es que en este último caso el hombre lucha contra la expresión «exterior» de sus emociones y en el otro, contra la manifestación «interior» de emociones que quizás sean las mismas. Por supuesto este miedo de perder su sinceridad es un engaño, una de esas fórmulas engañosas en que descansa la debilidad humana. El hombre no puede impedir el identificarse ni el «considerar interiormente», no puede impedir el expresar sus emociones desagradables, por la sola razón de que es débil. La identificación, la consideración, la expresión de emociones desagradables son manifestaciones de su debilidad, de su impotencia, de su incapacidad de dominarse. Pero como no quiere confesarse esta debilidad, la llama «sinceridad» u «honradez», y se dice a sí mismo que no desea luchar contra su sinceridad, cuando de hecho es incapaz de luchar contra sus debilidades. La sinceridad, la honradez, son en realidad algo totalmente diferente. Lo que por lo general se llama «sinceridad» es simplemente un rehusar a refrenarse. En lo más profundo de sí mismo todo hombre lo sabe bien. De manera que cada vez que pretende no perder su sinceridad, se miente a sí mismo...
He hablado hasta ahora de la consideración interior. Sería posible dar muchos otros ejemplos. Pero les toca a ustedes el hacerlo, quiero decir que a ustedes les toca buscar estos ejemplos, en sus observaciones sobre ustedes mismos y sobre los otros...
Lo contrario de la consideración interior —la consideración exterior— constituye en parte un medio de lucha contra ella. La consideración exterior se basa en una especie de relación con la gente que es totalmente diferente de la consideración interior. Es una adaptación a la gente, a su comprensión y a sus exigencias. Al considerar exteriormente, un hombre realiza todo lo necesario para hacerse la vida más fácil a sí mismo y a los demás. La consideración exterior necesita un conocimiento de los hombres, una comprensión de sus gustos, de sus hábitos y de sus prejuicios. Al mismo tiempo, la consideración exterior requiere un gran poder sobre si mismo, un gran dominio de sí. Sucede muy a menudo que un hombre desea sinceramente expresar o mostrar a alguien de una u otra manera lo que realmente piensa de él o lo que siente respecto a él. Si es débil, cede naturalmente a su deseo, tras lo cual se justifica diciendo que no quería mentir, que no quería fingir, que quería ser sincero. Luego, se convence a sí mismo de que la culpa era del otro. Quería realmente considerarlo y aun estaba dispuesto a ceder, no quería disputas, etc... Pero el otro rehusó considerarlo, así que no había nada que hacer con él. Sucede a menudo que un hombre comienza con una bendición y termina con una injuria. Decide no considerar a los demás y después los censura por no considerarlo a él...
Este ejemplo muestra cómo la consideración exterior degenera en consideración interior. Pero si un hombre se recuerda realmente a sí mismo, comprende que el otro es tan máquina como él. Entonces se pondrá en el lugar del otro. Al hacerlo, llegará a ser realmente capaz de comprender lo que el otro piensa y siente. Si se puede comportar así, su trabajo se vuelve mucho más fácil para él. Pero si se acerca a un hombre con sus propias exigencias, no obtendrá sino una nueva consideración interior. "Es muy importante en el trabajo una justa consideración exterior. A menudo sucede que hombres que comprenden muy bien la necesidad de la consideración exterior en la vida, no comprenden esta necesidad en el trabajo; deciden que justamente porque trabajan sobre sí mismos, tienen el derecho de no considerar. Mientras que en realidad, en el trabajo, es decir para que éste sea eficaz, es necesario diez veces más consideración exterior que en la vida corriente, porque solamente la consideración exterior del alumno puede mostrar su valoración y su comprensión del trabajo; en efecto, los resultados del trabajo son siempre proporcionales a la valoración y a la comprensión que se tiene de él...
Recuerden que el trabajo no puede comenzar y proseguir en un nivel más bajo que el del «hombre de la calle», es decir, en un nivel inferior al de la vida ordinaria. Es un principio de los más importantes, que es olvidado muy fácilmente. Pero hablaremos de esto más tarde.
LA IDENTIFICACIÓN.-
La identificación es un rasgo tan común, que en la tarea de la observación de sí es difícil separarla del resto. El hombre está siempre en estado de identificación; sólo cambia el objeto de su identificación. El hombre se identifica con un pequeño problema que encuentra en su camino y olvida completamente las grandes metas que se propuso al principio de su trabajo. Se identifica con un pensamiento y olvida todos los demás. Se identifica con una emoción, con un estado de ánimo, y olvida otros sentimientos más profundos. Al trabajar sobre sí mismas, las personas se identifican hasta tal punto con metas aisladas que pierden de vista el conjunto. Para ellas los dos o tres árboles más cercanos llegan a representar todo el bosque...
La identificación es nuestro más terrible enemigo porque penetra por todas partes. En el mismo momento en que creemos luchar contra ella seguimos siendo víctimas de su engaño. Y si nos es tan difícil liberarnos de la identificación, es porque no identificamos más fácilmente con las cosas que más nos interesan, a las que damos nuestro tiempo, nuestro trabajo y nuestra atención...
Para liberarse de la identificación el hombre debe entonces estar constantemente en guardia y ser despiadado consigo mismo. Es decir, que no debe tener miedo de desenmascarar todas sus formas sutiles y escondidas. Es indispensable ver y estudiar la identificación a fin de descubrirla en nosotros mismos hasta sus raíces más profundas. Pero la dificultad de la lucha contra la identificación se acrecienta aún más por el hecho de que cuando la gente la nota, la mira como una cualidad excelente y le concede los nombres de “entusiasmo”, “celo”, “pasión”, “espontaneidad”, “inspiración”, etc...
Consideran que realmente no pueden hacer un buen trabajo en cualquier terreno sino en estado de identificación. En realidad esto es una ilusión. En tal estado el hombre no puede hacer nada sensato. Y si la gente pudiera ver lo que significa el estado de identificación, cambiaría de opinión. El hombre identificado no es más que una cosa, un trozo de carne; pierde hasta la poca semejanza que tenía con un ser humano. En el Oriente, donde se fuma el hashish y otras drogas, a menudo sucede que un hombre se identifica con su pipa hasta el punto de considerarse a sí mismo como una pipa. Esto no es un chiste, sino un hecho. Se toma efectivamente una pipa...
Esto es la identificación. Pero para llegar a esto no son necesarios en lo más mínimo el hashish o el opio. Miren a la gente en las tiendas, los teatros o restaurantes. Vean cómo se identifican con las palabras cuando discuten o tratan de probar algo, sobre todo algo que no conocen. No son más que deseo, avidez, o palabras; de ellos mismos no queda nada. La identificación es el principal obstáculo para el recuerdo de sí. Un hombre que se identifica es incapaz de recordarse a sí mismo. Para poder recordarse a sí mismo, primero es necesario no identificarse. Pero para aprender a no identificarse, ante todo el hombre debe no identificarse consigo mismo, no llamarse a sí mismo «Yo», siempre y en todas las ocasiones. Debe recordar que hay dos en él, que hay él mismo, es decir Yo en él, y el otro con el cual debe luchar y al que debe vencer si quiere alcanzar cualquier cosa. Mientras un hombre se identifique o sea susceptible de identificarse, es esclavo de todo lo que puede sucederle...
La libertad significa ante todo liberarse de la identificación.

"Espiral" Gurdjieff - Bennett El Cuarto Camino

domingo, 3 de abril de 2016

TERAPIA DE LIBERACIÓN DE ENERGÍAS DISFUNCIONALES (TLE)


Existen energías y pensamientos disfuncionales que no son parte de la persona, y que sin embargo viven dentro de la persona. Estas energías actúan como parásitos. No son la persona, pero esa persona que las tiene, las atrae por medio de los pensamientos, emociones, sentimientos o acciones. Con su presencia, estas energías pueden evitar que la persona este sana o se sane, como también causar directamente enfermedades mayores.

¿Qué es una energía disfuncional?

 Es una energía viviente que viene de otra dimensión y que entró de alguna forma en este mundo. En el mundo de donde vienen son necesarias para el universo como un todo. Pero aquí son un problema. Hay otra clase de energías que simplemente son espíritus humanos que, debido al miedo, no han abandonado la tercera dimensión y deciden residir dentro de otra persona. Y existe otra posibilidad: la de espíritus extraterrestres que pueden ser o no de esta dimensión pero que están en el lugar inadecuado en el momento incorrecto. Para comprenderlo, digamos que es algo similar a los niveles celulares dentro de tu cuerpo. Cada célula es única y vive en una parte particular del cuerpo. Tiene el trabajo de hacer funcionar el cuerpo como un todo. Parecen ser diferentes; las células cerebrales se ven diferentes de las del corazón, que son diferentes a su vez de las células del hígado y así sucesivamente. Mientras las células estén en el lugar correcto, no hay problema. Pero si abrimos tu estómago con un corte, las células de la sangre se derramarían en tu estómago. No deberían estar ahí, entonces una sanación será necesaria para quitar estas células y frenar la influencia de células foráneas.

¿Qué es una forma de creencia disfuncional?

Es el pensamiento de un humano u otro ser, que ha sido enviado dentro de una persona, usualmente en forma intencional. Odio dirigido y así sucesivamente, pueden vivir dentro de una persona. Una vez dentro de alguien, usualmente toman alguna apariencia, que puede tener casi cualquier forma y fuerza vital. Aparecerá como si estuviera viva. Todas estas posibilidades pueden ir en detrimento de la salud humana, con la excepción de las "buenas" energías En el trabajo en TRR se encuentran frecuentemente estas situaciones. Es usual por lo tanto que lo primero que hace es chequear (TLE) si tiene la persona tiene algunas de estas energías o formas de pensamiento disfuncionales. Es típico que cerca de la mitad de la gente que se ve las tiene.


TERAPIA REGRESIVA RECONSTRUCTIVA

¿Que es la T.R.R.?

Es una modalidad de trabajo psicoterapéutico en la cual se busca que el paciente encuentre el origen de su conflicto actual, explorando y revivenciando, a través de una relajación profunda, etapas determinantes en su historia, tales como: infancia, etapa intrauterina, nacimiento, y en otros casos, conflictos aún no resueltos generados en las “supuestas” vidas pasadas.

La Terapia regresiva tiene la particularidad de llegar con asombrosa rapidez al origen o raíz del problema, para su solución. La regresión produce cambios profundos y duraderos, donde; además de resolver el problema, conseguimos alcanzar otros estados de consciencia y entrar en contacto con niveles de sabiduría internos, de nuestro propio Ser, que nos permiten vivir la vida desde una perspectiva más profunda y verdadera.

La persona no pierde la consciencia ni tampoco se duerme. Las sesiones de trabajo se realizan en un nivel de ondas cerebrales (theta) donde nos encontramos en el umbral del sueño, pero siempre muy alertas y tremendamente receptivos a todo lo que ocurre. Nuestra capacidad de concentración es mucho mayor, pero en todo momento somos conscientes de donde estamos y si queremos, simplemente abriendo los ojos, volveremos a estar presentes en el momento actual.

¿Que Busca la T.R.R.?

La Terapia Regresiva Reconstructiva busca afrontar la realidad de nuestra historia personal, aceptándola y reconciliándonos con ella, para lograr así; ser más fuertes y tener todas las posibilidades en el “aquí y ahora” para mejorar en todos los aspectos de nuestra vida.

Es importante darnos cuenta de la importancia del "AHORA". "El momento presente contiene la clave de la liberación; por el simple hecho de ser lo único que tenemos en realidad.


La terapia de regresión está indicada para todo tipo de problemática en la que se necesite asistencia psicoterapéutica y también para personas que buscan su crecimiento personal en el camino evolutivo de su alma.